¡No existo!
Soy ese instante cada vez menos eterno,
Y mí no existencia va aumentando.
Contemplo el movimiento, viendo cómo caen las hojas de los árboles en otoño.
Quizá sirvan de abono para el ginkgo de la esquina de la casa de Emma,
O se las llevé el barrendero, ese tenebroso hombre de la bolsa, hacia un destino incierto.
Me gustaría ser una de esas hojas 🍁 de otoño.
Si pudiera elegir sería esa que viaja y llega lejos,
la que hace ese instante un poco más duradero.
Pero soy un instante tan presente como fugaz.
¡Hoy estás!
¡Mañana no estás!
Y voy a partir dejando el recuerdo de lo que fuimos en las cabecitas de los nuestros,
Que se irá desdibujado por el paso del tiempo.
Sabiéndome cada vez más lejano y poético, me dispongo emprender ese camino.
Hasta entonces sólo queda disfrutar del paisaje, despojarme de todo peso.
Intentaré alivianar el tiempo y montar al viento.
Cual hoja de otoño aterrizar mi frágil cuerpo, que me dejará libre recorrer el cielo.